sábado, 3 de octubre de 2009

CASTELLA, EMPERADOR DE FRANCIA EN LAS VENTAS

En estas tardes de final de temporada, donde la luz ya indica que asoma el invierno por los vomitorios de los tendidos, el que partía como el tercero, a la sombra del artisteo de un Morante ya cansado de temporada, y un Aparicio hinchado y fuera de lugar, se alzó con la puerta grande tras una faena a su primero iniciada con su habitual pase cambiado en la boca de riego de las Ventas. Continuó con una seguridad pasmosa asentada en un trazo muy largo en sus pases y la muleta siempre delante de la cara de un jabonero sucio que embistió noblemente. Las zapatillas atornilladas al albero en cada pase, la figura estilizada y fibrosa como el que comienza la temporada, su rictus de como que no pasa nada, y unos trincherazos que volvieron locos al respetable. Estocada certera y dos orejas en Madrid que saben a gloria a este francés que a la sombra de los José Tomás, Perera, Morante, etc... va a culminar la temporada en todo lo alto y con un regusto inmejorable.

El detalle: Los cuellos de su chaquetilla azul marino y oro, simulando los cuellos dieciochescos de la soldadesca revolucionaria francesa.